Cirilli

Dungeon Master y Narrador de Mundos

Desde que tengo memoria, siempre me han fascinado las historias. Crecí entre libros de fantasía, leyendas épicas y mundos llenos de héroes y villanos. Pero no fue hasta que descubrí los juegos de rol que entendí lo que realmente significaba crear una historia propia.

Como Dungeon Master, mi pasión es dar vida a esos mundos, construir narrativas que desafíen a los jugadores y les permitan escribir su propia leyenda. Me encanta diseñar campañas con decisiones que importan, donde cada personaje deja su huella en la historia. Disfruto mezclando exploración, estrategia y narrativa para que cada sesión se sienta única y memorable.

Actualmente, estoy desarrollando un servidor de rol en solitario ambientado en Reinos Olvidados, donde los jugadores pueden llevar sus propias aventuras y forjar su destino en la Costa de la Espada. También trabajo en la adaptación de D&D al mundo de Tolkien y en la creación de un MUD de fantasía inspirado en los clásicos.

Para mí, el rol no es solo un juego: es la posibilidad de vivir historias que de otro modo solo existirían en nuestra imaginación.

Para mí, dirigir una partida de rol es mucho más que guiar a los jugadores en una historia. Es construir un mundo donde cada decisión tiene consecuencias y cada personaje puede dejar su huella. Me encanta crear narrativas profundas, donde los jugadores no solo tiran dados, sino que realmente sienten el impacto de sus elecciones.

Me gusta que las reglas tengan una estructura sólida, pero también disfruto adaptarlas cuando es necesario. Siempre busco la manera de mejorar la experiencia de juego, ya sea creando sistemas propios, como mi MUD basado en Telnet, o ajustando D&D para encajar en el mundo de Tolkien. No me limito a lo que hay en los manuales: si una mecánica puede enriquecer la historia, la implemento.

En mis partidas, la exploración y la estrategia son tan importantes como el combate. No todo se resuelve con la espada; los jugadores deben observar su entorno, buscar soluciones creativas y aprovechar los recursos a su disposición. También disfruto incorporar la creación de objetos, desde la alquimia hasta la forja mágica, para que cada personaje pueda especializarse más allá del combate.

Me esfuerzo por que mis mundos se sientan vivos. Los NPC tienen sus propias motivaciones, los sucesos continúan ocurriendo incluso cuando los jugadores no están presentes, y siempre hay historias esperando a ser descubiertas. También me gusta dar espacio para que los personajes desarrollen su vida fuera de la aventura: construir sus hogares, criar animales, crear objetos únicos… todo forma parte de la inmersión.

Por último, la ambientación es clave en mi estilo. Me gusta usar música, descripciones detalladas y elementos narrativos que ayuden a los jugadores a sumergirse por completo en la historia. Quiero que, cuando terminen la sesión, sientan que han vivido algo único.

En cada partida que dirijo, mi objetivo es simple: que los jugadores no solo jueguen una historia, sino que la vivan.

Para mí, las reglas en un juego de rol son una base, no una jaula. Me gusta que haya estructura, porque le da coherencia al mundo y permite que todos los jugadores sepan cómo interactuar con él. Pero también entiendo que las reglas están ahí para mejorar la experiencia, no para frenarla.

Cuando dirijo, trato de seguir las mecánicas establecidas para que el juego sea justo y equilibrado. Me gusta que los desafíos tengan sentido y que las habilidades de los personajes realmente importen. Sin embargo, si una regla interfiere con la historia o con la diversión de la mesa, no tengo problema en ajustarla o interpretarla de una manera que tenga más sentido en la narrativa.

Eso sí, aunque permito flexibilidad, no me gusta que las reglas se ignoren sin motivo. Si algo es parte del juego, es porque aporta un desafío o una limitación interesante. Así que si un jugador quiere hacer algo fuera de lo establecido, me gusta que tenga una buena razón y que lo haga con creatividad.

En resumen, respeto las reglas, pero no las sigo ciegamente. Me gusta que el juego fluya de manera lógica, que los sistemas sean justos y que, sobre todo, la historia y la diversión sean lo más importante en la mesa.