El Silencio de las Caravanas

En las últimas lunas, las caravanas que parten de tu pueblo han ido cayendo una tras otra, como si el propio camino las tragara. No hay sobrevivientes, ni huellas, ni gritos. Solo silencio. El alcalde —desesperado y al borde del colapso político— los contrata para encontrar y eliminar a los responsables.

Las pistas los llevan a un grupo de goblins que merodean cerca de la última zona de ataque. Al enfrentarlos, parecen más sorprendidos que ustedes. Mal armados, desorganizados… ¿de verdad estos seres pequeños y temerosos han vencido a mercaderes bien protegidos? ¿Dónde están los cargamentos desaparecidos? ¿Y acaso viste que les pasa en los ojos?

La verdad está enterrada entre los árboles, las sombras… y en las cosas que ni siquiera los goblins saben de que trata.

Lo más importante para mí es que todos en la mesa se sientan respetados, incluidos y con libertad para disfrutar. Para lograrlo, estas son las reglas que sigo y espero que mis jugadores también respeten:

• Respeto ante todo: no se permite ningún tipo de discriminación, acoso o comportamiento tóxico. Todos venimos a divertirnos, y la empatía es clave.

• Comunicación abierta: si algo te incomoda o tenés una duda, podés hablar conmigo. Uso herramientas como líneas y velos para cuidar los límites personales de cada jugador.

• Compromiso con la partida: no hace falta que seas un actor profesional, pero sí que participes con ganas. Avisá si no podés venir o si vas a llegar tarde.

• Separar jugador de personaje: en mis mesas hay espacio para conflictos narrativos entre personajes, pero siempre desde el respeto entre jugadores.

• Turnos y espacio para todos: me aseguro de que cada persona tenga su momento, y espero que todos escuchen y respeten los tiempos de los demás.

• Nada de metajuego excesivo: valoramos el rol inmersivo. Usar info fuera de personaje rompe la magia de la historia.